La
sociedad argentina es nuevamente víctima de la interna del peronismo, que la
somete a las luchas por el poder político y económico, con escaso o nulo
respeto por las instituciones de la república y por los procedimientos democráticos.
Hacemos
a los protagonistas de este enfrentamiento caprichoso un llamado a la cordura y
a la pacificación. Es cierto que el impuesto a la ganancia hoy llega a
cualquier hijo de vecino, pero también es cierto que la inflación carcome los
salarios, las asignaciones familiares, y cualquier bolsillo.
Con
golpes de efecto no se puede gobernar. Se nacionalizó YPF y hoy el mexicano
Slim tiene parte del paquete accionario. Se lanza por cadena nacional una
propuesta para dar solución de viviendas a 400.000 familias, al día siguiente
era solo para 100.000 y en Salta se anunció un terreno que solo solucionaría la
necesidad de 302 familias.
Tampoco
paralizar el país y sumirlo en la violencia es la respuesta.
Los
argentinos necesitamos que quienes gobiernan se decidan pensar menos en cuánto
mide la imagen, las relecciones o cómo elegir el procurador amigo. Es hora de
reconocer que el rumbo está equivocado, aprovechar la coyuntura internacional,
desarrollar la estructura productiva brindar trabajo, y terminar con el MÁS DE medio siglo de
internas peronistas.
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