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viernes, 20 de abril de 2012

La cuestión YPF. Documento elaborado por el Comité Departamental de San Martín




                                     CONSIDERACIONES SOBRE EL PROBLEMA ENERGETICO
“NO FUE EL PRECIO DEL BARRIL LO QUE LLEVÓ AL FRACASO, SINO LA CONFUSIÓN DE INTERESES, Y LA FALTA DE DEFINICIÓN POR EL ESTADO NACIONAL DE SUS OBJETIVOS ESTRATÉGICOS”

Hoy se debate que hacer con los hidrocarburos, en un contexto de baja producción causada por la poca inversión de las concesionarias y la obligación del Estado de importar energía. Frente a esta situación hay dos posiciones:
Una es la del gobierno y las provincias con hidrocarburos, que no cuestionan el modelo de los años 90 de privatización y provincialización, que considera al hidrocarburo y a la energía, como commodities y no como bienes estratégicos.
Esto fue profundizado, en lo jurídico con los DNU 546/2003, la ley 26197 (ley corta) y legislación provincial.-
En lo político, con una autonomía a las provincias, que permite prorrogar las concesiones sin consentimiento formal del estado nacional, aunque con su beneplácito.
Las provincias no pueden negociar de igual a igual con una empresa multinacional, no tienen envergadura, solo el estado nacional tiene la envergadura para negociar de igual a igual, por otro lado el interés de una provincia, no puede ser superior al nacional.
Esto fue hecho, sin plantearse el cambio de modelo ni exigir, aun en el marco privatista y rentista, un acuerdo serio de inversiones, cuidado ambiental, desarrollo local y mayor participación en la renta.-
La segunda posición es la de los sectores neoliberales, algunos expertos son voceros de las petroleras, que atribuyen la disminución de la producción a un supuesto precio bajo, por los derechos de exportación. Se trata de un debate donde las petroleras ganan, les prorrogan las concesiones y se quejan por el precio. Algunos gobiernos provinciales que hasta hace poco auspiciaban las prórrogas sin modificar casi nada las obligaciones ya incumplidas, ahora exigen que en pocos días cumplan lo que no les reclamaron en años.
Algunas provincias prorrogaron la concesión de áreas, como Chubut, Santa cruz, afectando el inter nacional, porque no hubo una visión general del negocio hidrocarburífero, sino una relación de cada gobierno con alguna empresa privada, por eso por ejemplo Neuquén defiende a YPF y Chubut a Panamerican Energy.-

Es también falso, que la exploración y la produccion hayan decaído por el bajo precio, durante los años 90 el crudo rondaba los 20 USD el barril de WTI y nadie se quejaba por los valores. En el 2003 el precio supero los 30 USD el barril de WTI,las empresas no creían que se fuera a mantener y establecieron un precio testigo en 28.5 USD, hasta se pagaban regalías sobre ese valor y nadie se quejaba.
Hoy en Argentina a 30 USD el barril de WTI producir es rentable y se paga mucho más. Esto es sin tener en cuenta el negocio de los derivados tanto en crudo como en gas. Los usuarios de combustibles saben de qué hablamos.
La alternativa a este problema, por ejemplo son las ideas de Yrigoyen y Mosconi que eran de control y desarrollo nacional, que fueron quebradas en los años 60 con los contratos que YPF daba a las empresas regalándoles la renta, y eso se profundizó por la dictadura y llevada al extremo por Menem con la privatización y con la provincialización en la Constitución del 94.-La ley corta y las prorrogas siguieron por el mismo camino.
El gobierno tiene a favor, los derechos de exportación altos, pero con demasiadas excepciones para compensar a las petroleras, ejemplo la baja retención a las naftas.
La visión alternativa ve al hidrocarburo y a la energía no como una commodities, cuyo precio internacional, lo hace o no objeto de explotación, exportación o consumo barato interno, sino como un recurso estratégico. El país que no controla sus fuentes de energía y las deja en manos del lucro individual no tiene destino. El replanteo entonces debe llevarnos a políticas que nos permitan recuperar el control nacional, sobre los hidrocarburos y abandonar el esquema liberal de los años 90.Esto no quiere decir que en lugar de una empresa pongamos otra.
Proponemos el pensamiento nacional y popular de Yrigoyen, en declarar que el hidrocarburo es del pueblo de la nación, no de cada provincia ni de las empresas, ellas pueden prestar un servicio, pero el recurso no renovable es del pueblo cuando esta bajo tierra y cuando es extraído.
Las decisiones de las provincias de revertir ares concesionadas fundamentalmente a YPF, merecen algunas reflexiones.
Es bueno que los poderes públicos exijan el cumplimiento de las obligaciones de los concesionarios, y si la reversión fuera de yacimientos centrales, el valor de la empresa será el adecuado, es decir no computar como activo un contrato que se Ha incumplido. Esto revela dos déficits de la visión del gobierno:

Primero se mantiene el modelo privatista, en que las empresas asignan las prioridades energéticas, sin advertir que ellas responden al fin de lucro y tienen poca preocupación por las estrategias de desarrollo de nuestra sociedad. Un buen ejemplo es Repsol que usa las guanacias que saca de Argentina y las lleva a otras partes del mundo y abastece de capital a España, el interés en Argentina y su desarrollo es secundario.-
Segundo, mantiene el poder de decisión en las provincias, algo incompatible con la idea de nación. Un país necesita una política energética no una por cada provincia productora de hidrocarburo.
¿Es razonable que suponer que cada gobernador pueda decidir, si explota los hidrocarburos con una empresa estatal o una multinacional? ¿Es admisible que una provincia pueda explotar sus hidrocarburos a la espera de un escenario diferente o que otra resuelva hacerlo hasta agotar sus reservas porque cree que la matriz energética cambiara en breve y el hidrocarburo dejara de utilizarse o porque sus necesidades fiscales se lo exigen? ¿O que otra ponga como condición la refinación en su territorio? O sea como podemos ver el esquema privatista va de la mano con la provincialización y mostro su fracaso, luego de 20 años de aplicaciones ininterrumpidas.
No es el precio del barril lo que llevo al fracaso, sino la confusión de intereses, y la falta de definición por el estado nacional de sus objetivos estratégicos.
Es responsabilidad del gobierno formular una política de estado para recuperar la soberanía energética, de la explotación racional y con eficiencia estratégica y tenga prioridad el desarrollo económico, dándole a nuestra industria más energía, generando más trabajo, ayudando a mejorar la vida de los argentinos.



                                                                                   

                                                                                                                              Ing.Carlos Rodriguez
                                                                                                                                        Presidente

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