El gobernador Urtubey en la Legislatura: más soliloquio que diálogo
El
1º de abril, el gobernador de la Provincia, Juan Manuel Urtubey abrió
el 114º período ordinario de sesiones de las cámaras legislativas de
Salta. Pese, a que en su discurso considera necesario el diálogo,
entiende que debe darse una mayor apertura hacia las distintas opiniones
y, considera que es su gobierno quien debe dar el primer paso en este
sentido, su alocución muestra la abismal distancia entre palabras y
hechos.
El
gobernador habló pero no escuchó. Entre las casi 4.700 palabras de su
discurso no hubo respuestas a las principales demandas y planteos
críticos respecto de aspectos de sus sucesivas gestiones. El término
“empleo” fue uno de los vocablos casi ausentes en el discurso del primer
mandatario provincial. Idéntico destino tuvo la palabra “sostenible”,
que parece haber desaparecido de todas las áreas del ejecutivo salteño.
La casi ausencia de ambas expresiones no es un dato menor si se
considera que Salta es una de las provincias con mayores niveles de
desigualdad, pobreza y desocupación, ello según los datos del propio
INDEK.
También
estuvieron ausentes otras problemáticas enunciadas por la oposición y
las estadísticas. Aunque, la palabra seguridad fue expresada por el
mandatario en cinco oportunidades, nada dijo el gobernador de cómo
doblegar los índices que ubican a Salta entre las provincias con mayor
cantidad de accidentes de tránsito de la Argentina. Tampoco hizo alusión
a las elevadas cifras de feminicidios y a políticas certeras para
evitarlos.
La
palabra justicia fue expresada una única vez por Urtubey en su
alocución del 1º de abril, pero en ningún momento hizo referencia a
respuestas posibles a las demandas que todos los viernes, desde el 18 de
agosto de 2011, realizan familiares de salteños víctimas de asesinatos,
para pedir justicia y la resolución de las causas.
Aunque
educación fue una de las palabras más pronunciadas, la repitió seis
veces, aquí tampoco el gobernador dio respuestas a las principales
críticas. En el discurso se observa una total ausencia de un Norte
EDUCATIVO para las políticas de la cartera. Los déficits educacionales
siguen sin ser identificados.
Salud,
fue la única de todas las áreas abordadas, sobre la que el gobernador
planteó objetivos en el corto y mediano plazo. La palabra salud, fue la
que recibió mayor alusión, fue mencionada en diez oportunidades. Sin
embargo, la problemática de la desnutrición, principal flagelo que azota
a la población infantil salteña carenciada, no fue abordada
directamente.
La
voluntad de diálogo manifestada por el titular del Ejecutivo
provincial, no se correspondió con la autocrítica necesaria sobre las
pautas publicitarias oficiales y los medios de comunicación, cuestión
también denunciada profusamente por la oposición y sin respuesta alguna
hasta el día de hoy.
Las
viviendas sociales no fueron objeto de atención por parte del
gobernador. A diferencia del año anterior, que prometió que un plazo de
cinco años, 30.000 familias tendrían el problema de la vivienda
solucionado, este año expresó que va a entregar 3.000 nuevas casas,
2.000 soluciones habitacionales, 2.000 nuevos terrenos y regularizará la
situación dominial de más de 5.000 familias. En ningún momento
identificó políticas públicas que garanticen el derecho constitucional a
la vivienda digna a los más de 42.000 inscriptos en el IPV. Todo
seguirá como siempre, la dignidad es un objeto de mercado, para quien
pueda comprarla.
La
oficina anticorrupción fue la novedad del discurso del presente año,
pero nada se dijo de la democracia partidos de políticos desmantelada
por el propio gobierno, de los organismos de control que se volvieron
figurativos, de la ingeniería electoral armada para hacer desaparecer el
disenso.
Vale
agregar que el problema de la corrupción en el ámbito provincial, fue
una de las tantas preocupaciones del radicalismo en la Legislatura. La
senadora radical Silvina Vargas, en 2008, propuso un proyecto para la
creación de la Oficina Anticorrupción, reiterado en 2010. En ambas
oportunidades las voluntades hegemónicas del oficialismo gobernante
desoyeron los reclamos.
Ganar
con el 60% no habilita a negar la existencia de “los otros” y sus
opiniones. Hasta ahora el soliloquio continúa, esperemos que la apertura
del 115º período de cuenta que el diálogo se ha iniciado. En
definitiva, pasó el tiempo y nada cambió.
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